"Si miras fijamente la realidad, podrás ver los pixel"
No recuerdo de quién es esta frase, pero sí recuerdo dónde la leí por primera y única vez. Pegada con un post-it en el ordenador de mesa que tenía un gran amigo hace algunos años, un ordenador que ahora es una auténtica antigüedad en comparación con los que él tiene.
En aquél momento yo no tenía internet en casa y compartíamos un ordenador entre los seis (ahora creo que tenemos cinco), no tenía teléfono móvil y tenía una cuenta de correo que apenas utilizaba, las redes sociales aún no acaparaban nuestro tiempo y los blogs como este eran peculiares diarios de bitácora vinculados a periódicos y columnistas de los cuales renegué durante un tiempo.
Unos años después tengo móvil, de hecho he tenido hasta dos números, un ordenador para mi solito, wifi en Zamora y en Valladolid, varias cuentas de correo, perfiles en tuenti, facebook y hasta filmaffinity, messenger y skype, juego en ligas de gestión de equipos de fútbol y baloncesto online... Supongo que todos estos teóricos avances han terminado por derrotarme de una manera contundente.
Una vez aceptada la nueva realidad, lo más positivo es tratar de sacarle el mayor partido posible y, a poder ser, en positivo. Las charlas por skype con la abuela y con los amigos que están fuera, las quince ventas de messenger abiertas con las adolescentes de un equipo que me enseñaron lo que eran los emoticonos y cómo se ponía una cara sonriente y una triste por escrito. He terminado por tener conversaciones de chat en cuatro páginas diferente con lo que he percibido una preocupante amenaza de una cierta esquizofrenia y he empezado a escribir lo que no tocaba en cada cajita.
El caso es que lo que normalmente y para muchos, incluso para mi hasta hace no mucho, era algo impersonal, una conversación bidimensional, casi insulsa y banal, sobre chorradas y una retahíla enorme de jaja o jeje o =) o =( según el día; he aprendido que también puede tener un contenido extremadamente profundo, que puede ser un lugar muy agradable en el que pasar las madrugadas e, incluso, un lugar al margen del tiempo y el espacio en el que compartir un café hablado.
Hasta tal punto llega mi repentino entusiasmo que se convierte en una de esas rutinas agradables, uno de esos momentos del día que terminas esperando durante la tarde, para que caiga el sol y te puedas sentar a escribir como si dijeras y leer como si escucharas, sin importarte la hora, ganándole tiempo al día siguiente.
Pero el día que esa rutina se rompe, y la conversación salta de la pantalla y se convierte en tridimensional, el efecto es tan gratificante que el peor trayecto por carretera que me veo obligado a hacer en estos meses (Benavente-Zamora), se convierte en un paseo bajo las estrellas, dulce y relajado.
p.d.: ahora bien, sigo sin entender por qué hay gente que escribe con faltas de ortografía, cambiando la c por la k... si no se ahorra tiempo escribiendo! luego claro, pasa lo que pasa en la opi...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
A mí me encanta tomarme un café contigo vía skype... Me encanta poder ver un capítulo de scrubs todas las noches antes de irme a dormir. Adoro este mundo tridimensional que me rodea ahora. Y me alegro de que tú formes parte de mí siempre sea dónde y como sea. Qué bien que hayas vuelto a este lugar, amigo.
ResponderEliminar